*Comunicador, educador, empresario, destacado comentarista político y activista cívico que se enfrentó a la dictadura militar panameña (1968-1989), Alberto Quirós Guardia fue un ejemplo de honestidad y probidad, enemigo del autoritarismo, defensor de la soberanía panameña, humanista, solidario, convencido social demócrata y promotor de los valores democráticos y ciudadanos.
"Betito", como cariñosamente se le conocía, fue un permanente defensor de los derechos humanos, la soberanía y la libertad de expresión, por lo que pagó con el exilio en 1976 y su emisora Radio Impacto fue diezmada y clausurada. Dedicó su vida a su familia, a la Patria y a la permanente educación cívica.
1) Creemos en el potencial de bondad y nobleza de todo ser humano, porque la virtud es la esencia del bienestar individual y colectivo.
2) Creemos en los derechos fundamentales de la persona, sin distingo de sexo, raza, ideas, religión y convicciones políticas. Nos oponemos a toda forma de exclusión, marginación, discriminación o explotación.
3) Creemos en el trabajo como la actividad más importante del espíritu creador y que a todo trabajador le corresponde una cuota-parte justa de los beneficios de su actividad productiva, por las tareas de idear, producir, distribuir y compartir en equidad.
4) Creemos en la protección y conservación del medio ambiente, en la responsabilidad de cuidar todos los recursos de la madre naturaleza, donde el ecosistema se renueve y se evite males mayores que pongan en peligro nuestro planeta.
5) Creemos en la protección de la niñez y en la exaltación de la fortaleza y heroísmo de nuestra juventud; en el compromiso del Estado de brindarles todas las oportunidades para el disfrute de sus posibilidades y de su socialización.
6) Creemos en el respeto y la igualdad de la mujer en todos los aspectos; en el cuidado del adulto mayor que por el solo hecho de serlo debemos quererle y brindarle el apoyo necesario, garantizando la plenitud de su existencia, su seguridad y compañía.
7) Creemos en la capacidad de sacrificio y de servicio de todo ser humano, en el ámbito económico, político y social; en la economía equitativa y solidaria, donde el afán de lucro no sea el motor básico del desarrollo ni el mercado sea superior al Estado.
8) Creemos en una más justa distribución de las riquezas, que es de todos. Vemos que la tecnología, los conocimientos, la información y la comunicación son medios lícitos cuando se orientan y utilizan en beneficio de todos los seres humanos.
9) Creemos en el valor de las diferentes culturas, nacionales y extranjeras, en el encuentro armónico entre sus diferencias, para el desarrollo y el progreso universal. El Estado, por su naturaleza, debe proteger la consistencia de cada identidad cultural, sin menoscabo del origen y tiempo, para reconocer el derecho a la ciudadanía.
10) Creemos en lo mejor de nuestra historia, en su noble tradición liberadora y en los valores renovadores de nuestra cultura, en aquellos que se han sacrificado por Panamá y quienes están dispuestos a hacerlo hoy y siempre por los más sagrados intereses de la patria. Abogamos por la hermandad entre los panameños, por la urgente necesidad de la reconciliación nacional para la concreción de la auténtica unidad popular, así como por la verdadera democracia, como compromiso mutuo en plena acción comunitaria.
11) Creemos en el poder constituyente del pueblo que radica en la comunidad nacional, que es soberana, originaria, extraordinaria, suprema y superior a cualquier pacto social vigente; en el estado de derecho y en el debido proceso. Es vital la creación de mecanismos que garanticen la democracia directa, pasando de la democracia representativa a la participativa, con la adecuada división de los poderes y los medios para garantizar el ejercicio pleno de la voluntad popular en todo momento. Toda supresión del mandato de los pueblos amerita el legítimo derecho a la revolución, idealmente pacífica y ampliamente popular, cuando se hace imposible otra solución legítima.
12) Creemos en el robustecimiento de las relaciones internacionales con base en el disfrute de los atributos de nuestra soberanía, en la libre determinación y en la no intervención de fuerzas extrañas. Las concesiones recíprocas solo se pueden efectuar sin menoscabo de la seguridad, el desarrollo y el bienestar del país. Es fundamental procurar la solidaridad con nuestros amigos y aliados, capaces de producir simpatía y ayuda en unión espontánea y libre, evitando conflictos criminales e innecesarios.
13) Creemos que debe formarse un movimiento con las personas que coincidan con estos ideales, para garantizar la necesaria acción renovadora, a través de una permanente escuela de ciudadanía.
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